
El presidente Donald Trump ha llevado a cabo una de esas promesas de campaña que difícilmente se olvidan. Ahora, ha decidido implementar un arancel del 10% a todas las importaciones chinas, un paso significativo en sus esfuerzos por ajustar la balanza comercial entre ambos países. Su anuncio, sin embargo, plantea preguntas cruciales: ¿está China dispuesto a tomar represalias ante esta nueva medida?
Beijing se ha encontrado en una encrucijada tras esta notoria acción. Al anuncio de Trump le precedió un feriado público en China, un momento en que los funcionarios no estaban preparando su respuesta inmediata. Sin embargo, han dejado claro que van a llevar este asunto ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y que tomarán “contramedidas correspondientes” para enfrentar estas nuevas tarifas. Aunque no han detallado estrictamente qué tipo de respuesta pueden ofrecer, la tensión en el aire es palpable.
El Ministerio de Comercio de China ha indicado que la acción de Trump “viola gravemente las normas de la OMC”, y ha afirmado que defenderán “resolutamente sus derechos”. Sin embargo, su respuesta hasta ahora ha sido notablemente menos contundente en comparación con la de México y Canadá, que rápidamente se comprometieron a aplicar aranceles de represalia. Esta diferencia plantea dudas sobre la estrategia que Beijing planea seguir.
No obstante, no se pueden ignorar otros factores que influyen en la respuesta de China. La administración de Trump se presenta en un contexto más favorable de lo esperado. Después de todo, los líderes chinos han disfrutado de un inicio más amable en el segundo mandato de Trump. En lugar de una escalada de tensiones, han visto una oportunidad de mantener un canal diplomático abierto.
Esto se vio reflejado en la reciente comunicación entre Trump y Xi Jinping, la cual fue descrita por el presidente estadounidense como una “llamada telefónica muy buena”. Este tipo de relaciones parece ser lo que Beijing busca preservar mientras su economía —que históricamente depende mucho de las exportaciones— enfrenta cambios y desafíos internos.
Aunque Trump ha sido un ardiente defensor de una victoria en su enfrentamiento comercial con China, ha mostrado señales de que quizás prefiere negociar para encontrar un punto en común. La expectativa dentro de China es que Trump está esperando los resultados de una investigación más amplia sobre las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China antes de continuar con nuevos aranceles.
Esto lleva a preguntarse si podría haber un verdadero esfuerzo por llegar a un acuerdo. Los analistas sugieren que Trump podría utilizar resultados de estas investigaciones para formular sus próximos pasos. Esto sería una forma de probar hasta dónde puede llegar China en términos de concesiones antes de tomar decisiones más drásticas.
Mientras tanto, el tiempo juega a favor de Beijing. La revisión por parte de Trump que se espera para el 1 de abril podría definir las acciones futuras. En este contexto, China tiene la oportunidad de fortalecer su relación con el presidente estadounidense o incluso ofrecer acuerdos que prevengan sanciones más severas.
El mensaje desde las altas esferas del gobierno chino ha sido moderado, centrando su discurso hacia la cooperación. El viceprimer ministro de China, Ding Xuexiang, destacó en una reciente reunión que Beijing busca “promover un comercio equilibrado” con el resto del mundo. Este enfoque contrasta con la retórica más agresiva que otras naciones han utilizado en situaciones similares.
Las quejas de China ante la OMC no son solo un acto simbólico, sino también un intento de proyectar que respeta las reglas globales, mientras que la narrativa se centra en que es Estados Unidos el que necesita alinearse. Esta estrategia también se traduce en una defensa de sus esfuerzos para controlar la producción de precursores químicos utilizados en la fabricación de fentanilo, desviando parte de la culpa hacia la crisis de las drogas en Estados Unidos.
Por el momento, queda la incertidumbre sobre las posibles acciones que pueda tomar China en respuesta a los nuevos aranceles. A pesar de que la reacción inicial parece moderada, el mensaje de cooperación y el eco de la retórica pacífica sugieren que China podría estar buscando realmente evitar un conflicto a gran escala.
Sin embargo, las tensiones comerciales siguen siendo un tema candente y un artículo de opinión publicado por la emisora estatal CCTV cuestiona los aranceles “erróneos” de Trump, llamando a la cooperación entre ambas naciones. En ese sentido, la situación sigue siendo dinámica, y el futuro de estas relaciones dependerá de las decisiones que tomen ambos lados en las próximas semanas.
Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/
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