El presidente Donald Trump anunció un “reajuste” en la política de Estados Unidos con Cuba que mantiene muchos de los acuerdos alcanzados por el gobierno de Barack Obama, pese a la fuerte retórica anticastrista de su discurso de 35 minutos. Entre otras cosas, restringió parcialmente los viajes de los estadounidenses a la isla y prohíbe las transacciones comerciales con las corporaciones militares cubanas, mientras mantiene intacta la reapertura de la embajada de los Estados Unidos en La Habana, los viajes de cruceros a la isla y el permiso a los vuelos comerciales regulares.
No restituyó la política ‘pies secos, pies mojados’ ni reincorporó a Cuba a la lista de países que patrocinan el terrorismo.
“Una Cuba libre es lo que nosotros pronto vamos a lograr”, dijo Trump al inicio de su discurso, resucitando la vieja retórica de republicanos como Ronald Reagan y George W. Bush. Justo detrás de él, le escuchaban figuras como Rosa María Payá, hija del activista Oswaldo Payá, fallecido en La Habana en 2012, y el disidente Antunez. A ellos y a los líderes de otras organizaciones disidentes que no pudieron acompañarlo, como Berta Soler de las Damas de Blanco y José Daniel Ferrer de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), les envió un saludo especial.
“Prometí ser una voz en contra de la represión. Ustedes escucharon ese juramento y salieron a las urnas y votaron. Y aquí estoy yo, como les prometí (…) Es mejor para Estados Unidos tener libertad en el hemisferio, en Cuba y en Venezuela”, agregó el presidente, antes de describir las implicaciones de su Acción Ejecutiva.
“Vamos a restringir muchísimo los dólares estadounidenses yendo a los militares. (…) Desafiamos a Cuba a que se siente sobre la mesa con un acuerdo a favor de su pueblo, del pueblo estadounidense y de los cubanoamericanos”, dijo Trump en un encendido discurso anticastrista, donde condicionó nuevos avances en la relación bilateral a la convocatoria de elecciones democráticas, la liberación de los presos políticos y la legalización de los partidos.
El gobierno cubano respondió en un comunicado a estas políticas de Trump sobre la Isla, advirtiendo que el presidente Trump está siguiendo los intereses de una “minoría extremista” de cubanoestadounidenses de Florida.
“El Gobierno de Cuba denuncia las nuevas medidas de endurecimiento del bloqueo, que están destinadas a fracasar como se ha demostrado repetidamente en el pasado, y que no lograrán su propósito de debilitar a la Revolución ni doblegar al pueblo cubano, cuya resistencia a las agresiones de cualquier tipo y origen ha sido probada a lo largo de casi seis décadas”, reza el comunicado.
“El ejército cubano es una enorme araña que se come las arañas más pequeñas”, señaló John Kavulich, observador de Cuba desde hace más de 20 años y presidente del Consejo Comercial y Económico de Estados Unidos y Cuba. “El apetito ha sido insaciable”, agregó.
Sin embargo, los cambios dejan intactos los mayores logros del legado de Obama en Cuba, incluyendo la reapertura de la embajada de los Estados Unidos en La Habana y los viajes de cruceros a la isla, y reintrodujo los vuelos comerciales regulares. Con estas medidas, aumentó en 74% el número de ciudadanos estadounidenses que viajó a Cuba entre 2015 y 2016. Los viajes y las remesas enviadas por los cubanoamericanos tampoco serán afectados. Trump incluso parece dispuesto a permitir que los estadounidenses traigan cigarros y ron cubanos.
Fuentes: http://www.univision.com