Los aficionados de los Yankees molestos por el mal fildeo de Aaron Judge y lo comparan con Juan Soto.

La pasión que los fanáticos de los New York Yankees sienten por su equipo es innegable, pero también lo es su crítica feroz hacia sus jugadores cuando consideran que no están rindiendo al nivel esperado. En este sentido, el caso de Aaron Judge es particularmente complejo. Aunque se le reconoce como una de las grandes figuras de la franquicia, su estatus no lo ha librado de la presión y las expectativas de una afición que no olvida ni perdona los errores, especialmente si estos ocurren en momentos clave. Así, el fallo de Judge en el quinto partido de la Serie Mundial contra los Dodgers sigue siendo un tema recurrente entre los seguidores más críticos, quienes lo comparan con figuras históricas que, a pesar de su éxito, no pudieron sortear la implacable memoria de sus propios deslices.

Recientemente, el nombre de Aaron Judge ha vuelto a acaparar titulares, pero esta vez por otro error en un partido contra los Cleveland Guardians. En el segundo de una serie de tres juegos en el Progressive Field, el jardinero estrella de los Yankees cometió un error que permitió una carrera crucial, lo que acabó contribuyendo a la segunda derrota consecutiva del equipo por 3 a 2. Si bien este tipo de fallos son parte del juego, la afición neoyorquina no ha tardado en señalarlo con la misma dureza con la que suelen juzgar a los grandes nombres de la organización. La frustración se palpa en el aire, y la atención se dirige a las repercusiones de este tipo de fallos en una temporada que se está tornando cada vez más incierta para los Yankees.

Lo que complica aún más la situación de Judge es que los fanáticos, acostumbrados a los éxitos de leyendas como Derek Jeter o Babe Ruth, tienen una memoria histórica tan aguda que cualquier error es magnificado en el contexto de las expectativas que conlleva portar el uniforme de los Yankees. El reciente incidente ha llevado a muchos a comparar su desempeño con el de otros jugadores que ya no forman parte del equipo, y en algunos casos, se ha mencionado que la decisión de salir de ciertos jugadores fue una medida más sensata ante sus propias fallas en momentos clave. Esta comparación ha exacerbado el malestar, pues hay quienes ven en el error de Judge una posible falta de concentración o compromiso, lo que les recuerda las decisiones difíciles que los Yankees tuvieron que tomar con otros emblemas del equipo.

Sin embargo, la crítica no es solo un asunto de rendir cuentas por los fallos, sino también de las expectativas que el equipo de los Yankees genera, tanto dentro como fuera del campo. Los aficionados son conscientes de que Judge sigue siendo una pieza fundamental en el esquema de los Yankees y uno de los bateadores más temidos de la liga, pero las sombras del error persisten. En una temporada que ha sido marcada por altibajos, los errores de figuras como Judge parecen agrandarse, y el malestar se traduce en una sensación de incertidumbre sobre el futuro inmediato del equipo. En este contexto, la presión sobre el jugador es aún mayor, pues no solo se enfrenta a las críticas por sus fallos, sino también a la inquietud generalizada sobre si los Yankees podrán recuperar el rumbo en los próximos meses.

Era la sexta entrada, y los Yankees mantenían una ventaja ajustada de dos a una sobre los Cleveland Guardians cuando la situación se complicó para Aaron Judge. En ese momento, Kyle Manzardo se acercó al plato para enfrentar al relevista Mark Leiter Jr. La estrategia parecía clara: evitar que el corredor en la antesala avanzara. Leiter lanzó una recta alta que Manzardo conectó con fuerza, enviando la pelota al jardín derecho, donde Judge estaba ubicado. Sin embargo, en lugar de esperar pacientemente la caída de la pelota, Judge decidió adelantarse y tratar de atraparla en el aire, una jugada que no salió como esperaba. La bola se le escapó, botó frente a él y permitió que el corredor anotara la carrera del empate. Este error no solo significó una jugada crucial que desmoronó la ventaja, sino que encendió rápidamente las críticas hacia el jardinero estrella de los Yankees.

La situación empeoró al agregar el peso de los recuerdos del pasado. El error de Judge en este partido no tardó en ser comparado con su fallo en el quinto juego de la Serie Mundial del año anterior contra los Dodgers, un incidente que aún persiste en la memoria de los aficionados más exigentes. En lugar de ser simplemente un error aislado, su pifia en este juego se vio como otro capítulo de una serie de deslices que afectan su imagen ante la afición. Y, como es común en la presión que rodea a los grandes nombres, Judge se vio envuelto en una nueva ronda de comparaciones. Esta vez, la figura de Juan Soto se convirtió en el argumento para subrayar lo que muchos consideran una limitación defensiva de Judge, especialmente si se hace una analogía con las habilidades de Soto, que fue un tema recurrente entre los críticos.

Lo cierto es que, aunque Judge no es conocido por ser un defensor excepcional, su valor en el campo no se mide únicamente por sus habilidades en los jardines, sino también por su capacidad ofensiva y su liderazgo dentro del equipo. A pesar de que algunos le atribuyen limitaciones defensivas, lo cierto es que su desempeño en el campo nunca ha sido tan cuestionado como lo es ahora.

La comparación con Juan Soto, quien ha tenido sus propios momentos difíciles tanto en su tiempo con los Padres de San Diego como en su reciente paso por los Mets, parece más una manera de “picotear” el orgullo de Judge que un análisis justo de sus capacidades. En realidad, Judge sigue siendo uno de los mejores bateadores de las Grandes Ligas, pero sus fallos defensivos han comenzado a convertirse en un tema más prominente, lo que ha generado un clima de incertidumbre en torno a su rol en el equipo, especialmente cuando se enfrentan las altas expectativas de una afición que no tolera los errores en momentos clave.

El error de Aaron Judge en ese partido contra los Cleveland Guardians no solo significó la pérdida de una jugada clave, sino que permitió que Kyle Manzardo avanzara hasta la segunda base y, eventualmente, anotara la carrera que dio la ventaja definitiva a los Guardians. Esta jugada, que parecía ser una oportunidad para evitar que los visitantes se acercaran en el marcador, se convirtió en un doloroso recordatorio de que, incluso los jugadores más destacados, están sujetos a la crítica feroz cuando cometen un fallo.

Lo irónico del caso es que este error no solo le costó una jugada crucial a su equipo, sino que también desató un torrente de comparaciones y críticas, especialmente en un contexto donde muchos lo ven como una figura que, a pesar de sus logros, no está a salvo de las constantes exigencias de los aficionados de los Yankees.

Lo más complicado para Judge, en este sentido, es que la crítica no solo gira en torno al error puntual, sino que se ha transformado en una especie de “medición” comparativa con otro jugador: un ex Yankee que dejó el equipo para unirse a sus rivales de la ciudad, los Mets. Este jugador, al que muchos consideran un talento defensivo limitado, fue objeto de muchas burlas tras su salida, y ahora parece convertirse en el pretexto perfecto para restar mérito a Judge, quien, a pesar de sus falencias en defensa, sigue siendo un jugador de gran calibre.

Las comparaciones con un “traidor”, como se le ha llamado a este exjugador, no solo resultan injustas, sino que además minimizan los logros que Judge ha conseguido en su carrera, tanto en ofensiva como en defensa, donde ha demostrado ser un jugador de gran valía.

Es innegable que Judge tiene una base sólida de argumentos a su favor. En primer lugar, sus métricas defensivas son bastante respetables, lo que le ha valido varias nominaciones al codiciado Guante de Oro, un reconocimiento que no se otorga a la ligera. Si bien es cierto que su defensa no es perfecta, pocos jugadores en las Grandes Ligas pueden presumir de haber sido postulados tantas veces para este premio.

Además, su poder al bate es innegable: es uno de los bateadores más temidos de la liga, capaz de cambiar el rumbo de un partido con un solo swing. Estos logros en el campo de juego deberían ser suficientes para que Judge sea visto como una pieza clave de los Yankees, alguien que ha contribuido enormemente a su éxito en los últimos años.

Sin embargo, la tendencia de señalar a Judge por sus errores defensivos, sobre todo cuando la oportunidad para la crítica surge por situaciones aisladas, revela una profunda falta de perspectiva. Los aficionados que se ensañan con él parecen olvidar que su impacto en el equipo va más allá de un error puntual.

El hecho de que algunos se aprovechen de lo que consideran su “única debilidad” para justificar comparaciones con jugadores que han sido mucho más inestables, o que tomaron decisiones que la afición nunca perdonó, es una muestra clara de la presión desmedida que recae sobre los grandes nombres. En lugar de valorar a Judge por su consistencia, su liderazgo y sus logros tangibles, la crítica se centra en un fallo momentáneo, lo cual parece un enfoque injusto, dado que ha sido un pilar fundamental para el equipo tanto ofensiva como defensivamente.

Fuente: https://us.marca.com

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