Clayton Kershaw escribió su nombre con letras doradas en los libros de historia del béisbol al alcanzar los 3,000 ponches en su ilustre carrera, una hazaña que solo otros 19 lanzadores han logrado en las Grandes Ligas. El momento inolvidable se produjo en la sexta entrada del juego contra los Medias Blancas de Chicago en el Dodger Stadium, donde el zurdo de 37 años, fiel a su estilo meticuloso y dominante, abanicó a Vinny Capra con un preciso slider. Con ese lanzamiento, no solo selló la marca, sino que reafirmó su legado como uno de los pitchers más leales y exitosos que ha tenido la franquicia de Los Ángeles, sumando 18 temporadas vistiendo únicamente el uniforme de los Dodgers.
El estadio, repleto con más de 53,000 fanáticos, estalló en júbilo tras la hazaña. Los presentes se pusieron de pie para rendir homenaje al ícono del montículo, quien respondió emocionado, saliendo del campo por un momento para levantar la gorra, agradecer el apoyo del público y saludar a su familia, que lo miraba desde las gradas con orgullo. No era solo un récord personal: era una celebración compartida entre un jugador y una ciudad que lo ha visto crecer, madurar y brillar desde sus inicios como novato hasta convertirse en una figura histórica.
El mánager de los Dodgers, Dave Roberts, no escatimó palabras al referirse al logro de su lanzador estrella. Destacó la perseverancia de Kershaw a lo largo de los años y el carácter incansable que lo ha impulsado a superar adversidades, lesiones y el paso del tiempo. Según Roberts, alcanzar los 3,000 ponches era una de las metas personales que Kershaw se había fijado para esta temporada, y verlo conseguirlo era motivo de profundo orgullo para todo el equipo. El propio lanzador, aunque discreto, no podía ocultar la emoción tras el juego, reflejo de una carrera construida con trabajo duro y compromiso.
Después del pitazo final, el ambiente en la casa club era puro júbilo. Sus compañeros lo rodearon con abrazos, bromas y palabras de admiración, mientras los entrenadores y el staff celebraban con sonrisas cómplices la magnitud del momento. Kershaw, siempre humilde, reconoció la importancia de este hito, no solo para él, sino para toda la organización de los Dodgers, que ha sido su hogar durante casi dos décadas. Más allá de las estadísticas, este logro marca un punto culminante en una carrera que ya es digna del Salón de la Fama, y que aún tiene capítulos por escribir.
En un acto lleno de simbolismo y carga emocional, los Dodgers rindieron homenaje a Clayton Kershaw tras alcanzar los 3,000 ponches retirando la goma del montículo donde realizó ese histórico lanzamiento. Esa humilde placa blanca, desde la cual el lanzador ha construido una carrera legendaria, fue cuidadosamente retirada del terreno de juego y entregada al zurdo como un recordatorio tangible de su grandeza. No fue necesario un acto oficial ni una ceremonia grandilocuente: el simple gesto habló más que mil palabras, reconociendo su legado de forma íntima y poderosa.
La entrega de la goma fue compartida por el equipo a través de sus redes sociales, capturando la esencia de un momento que quedará grabado en la memoria de los fanáticos. Las imágenes mostraban a un Kershaw visiblemente conmovido al recibir el objeto, testigo mudo de incontables batallas en el montículo. El hecho de que los Dodgers preservaran ese trozo del campo donde se concretó la hazaña es un claro testimonio del aprecio y respeto que la organización siente por uno de sus íconos más queridos.
Este tipo de reconocimientos trascienden las estadísticas o los trofeos; son muestras de cariño que solo se otorgan a quienes han dejado una huella imborrable en el alma del equipo. Kershaw no solo ha sido un lanzador de élite, sino también un referente de constancia, entrega y liderazgo. Con cada lanzamiento, construyó una conexión profunda con el público angelino, y esa goma, ahora fuera del terreno, se convierte en una pieza de historia viva que encarna todos esos años de sacrificio y gloria.
Para Kershaw, el gesto seguramente tuvo un sabor especial. No es un premio más para exhibir, sino un símbolo del lugar que ocupa en la narrativa de los Dodgers. Representa miles de lanzamientos, cientos de juegos, y la fidelidad inquebrantable a una camiseta que ha defendido con orgullo durante 18 temporadas. En tiempos donde el deporte profesional a menudo se rige por cifras y contratos, actos como este nos recuerdan que el béisbol también está hecho de memoria, emoción y gratitud.
Tras conquistar la histórica cifra de 3,000 ponches, Clayton Kershaw recibió otro símbolo de su grandeza: la pelota con la que alcanzó la marca, cuidadosamente marcada con el número que representa su hazaña. A diferencia del bullicioso momento vivido en el campo ante miles de fanáticos, esta entrega tuvo lugar en la soledad del estadio vacío, cuando las luces aún iluminaban el diamante pero las gradas ya estaban en silencio. Fue un instante reservado, casi ceremonial, entre Kershaw y la organización que ha sido testigo de cada capítulo de su carrera. Ese gesto añadió una dimensión íntima al logro, subrayando que más allá del espectáculo, existe un vínculo profundo y genuino entre jugador y equipo.
La entrega de la pelota se suma al gesto anterior de obsequiarle la goma del montículo, componiendo una colección de recuerdos que encapsulan no solo una cifra impresionante, sino una trayectoria construida con pasión, entrega y consistencia. Estos reconocimientos no persiguen el aplauso mediático; son, más bien, una forma de detener el tiempo, de guardar bajo llave los símbolos de una era marcada por el dominio de un solo brazo zurdo. La pelota número 3,000 no es simplemente un objeto de colección: es una pieza de historia que representa cada enfrentamiento, cada inning tenso, cada ovación en casa.
Más allá de los números, el legado de Kershaw se edifica sobre una virtud escasa en la era moderna del deporte: la lealtad. Desde su debut en 2008, ha defendido los colores de los Dodgers con una entrega inquebrantable. Su permanencia a lo largo de casi dos décadas en la misma organización no solo habla de su valor deportivo, sino de su identidad como líder y referente. Ha sido el ancla de una rotación constantemente golpeada por lesiones y transiciones, y su presencia ha ofrecido estabilidad, inspiración y ejemplo para las nuevas generaciones de lanzadores.
Kershaw no solo ha dejado una marca en los libros de récords; ha dejado huella en el corazón del club y en su comunidad. Su nombre se pronuncia con respeto en las calles de Los Ángeles, no solo por las hazañas sobre el montículo, sino por lo que representa: compromiso, humildad y excelencia. Con cada reconocimiento, como la entrega de esa simbólica pelota, los Dodgers no solo celebran a su pitcher estrella, sino a una era completa del béisbol angelino que lleva su firma. Y lo más emocionante es que su historia aún no ha escrito su último capítulo.
Al lograr la imponente cifra de 3,000 ponches, Clayton Kershaw ha elevado aún más una carrera que ya estaba adornada con distinciones de élite. Este hito no solo celebra su dominio en la lomita, sino que se convierte en el último capítulo de un legado plagado de éxitos. Con tres premios Cy Young y un título de Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, el zurdo ha demostrado una consistencia y excelencia al alcance de muy pocos. Su nombre ya se menciona junto al de las grandes leyendas del béisbol moderno, y esta nueva marca simplemente confirma lo que muchos ya sabían: que Kershaw es uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos.
El camino hacia los 3,000 ponches no ha sido fácil ni rápido. Ha estado marcado por temporadas de esplendor, pero también por momentos de adversidad física que lo pusieron a prueba. Sin embargo, su capacidad para reinventarse, adaptarse a los nuevos retos y mantener un nivel competitivo ejemplar habla de una mentalidad ferozmente profesional. Con cada regreso al montículo, Kershaw ha demostrado que no solo posee un talento innato, sino también una ética de trabajo incansable que ha inspirado tanto a compañeros como a aficionados a lo largo de casi dos décadas.
Hoy, con esa histórica cifra en su historial, no cabe duda de que Kershaw ha asegurado su sitio en la élite del béisbol. Pero lo que lo distingue no es solo su desempeño estadístico, sino su identidad como jugador íntegro, leal a su equipo y comprometido con su legado. En una era en la que la movilidad entre franquicias es cada vez más común, su permanencia con los Dodgers y su impacto sostenido son un testimonio de su carácter. Alcanzar los 3,000 ponches es más que una cifra: es un monumento a una trayectoria construida con talento, corazón y una pasión inquebrantable por el juego.
Fuente: https://us.marca.com
Te puede interesar:
Los equipos de las grandes ligas buscaran reforzarse en su pelea por llegar a la serie mundial
Mookie betts deja al campo a detroit con espectacular jonron en el 10m
Mets iguala la serie con houston astros juan soto heroe con jonron
Cuba impuso un record de 26 jugadores en los rosters del opening day de la mlb
Registra tu Negocio Aquí – Directorio Hispano Online Vea crecer sus Consumidores Hispanos – Regístrate Ahora y recibe todos los beneficios. Registrar Negocio Latino, Alcanza miles de hispanos diarios que acceden a este Directorio Hispano.
Siempre que desees estar en contacto con las últimas noticias de nuestro Directorio en Línea y recibir nuestro boletín todas las semanas, puede Registrar una Cuenta y empezar a recibir todos los beneficios gratis que ofrecemos (concursos, rifas, gana dinero y premios, evalúa y comenta los mejores negocios, guarda tus favoritos y gestiona tus preferencias para acceso rápido y mucho más…