Devin Williams ya no es el cerrador indiscutible de los Yankees por lo menos para su manager.

Devin Williams, el talentoso relevista de los Yankees, perdió su puesto como cerrador del equipo tras una serie de tropiezos en sus primeros 10 partidos con la franquicia. A pesar de su destacado historial previo, en Nueva York no pudo mantener la consistencia necesaria para desempeñarse en una de las posiciones más exigentes dentro del bullpen. En ese período, Williams cometió varios errores clave, el más notorio fue en un juego contra los Blue Jays, donde permitió que su equipo perdiera una ventaja en la novena entrada, lo que resultó en una derrota por 4-2. Este desempeño frustrante llevó a la decisión de que el mánager Aaron Boone le quitara el rol de cerrador, buscando una nueva fórmula para mejorar el rendimiento del equipo.

Aaron Boone, quien se caracteriza por su enfoque en el desarrollo de sus jugadores, se mostró comprensivo ante la situación de Williams, aunque dejó claro que el cambio era necesario. Antes de la doble cartelera contra Toronto, Boone habló con los medios, reconociendo las dificultades por las que estaba pasando el relevista. A pesar de los altibajos, el mánager subrayó que Williams sigue siendo un jugador valioso para los Yankees y que está en una etapa de su carrera en la que aún tiene el potencial para superar estos momentos complicados. Boone enfatizó que estas dificultades no definen su futuro y que las adversidades son una parte natural del camino en las grandes ligas.

En sus declaraciones, Boone también trató de darle un mensaje de confianza a Williams, asegurando que el cerrador todavía tiene mucho por ofrecer. “Todavía tiene todo para ser grande, ¿verdad?”, dijo el mánager, refiriéndose al talento y las habilidades de Williams. Este tipo de apoyo moral es crucial en momentos como estos, donde un jugador puede sentirse presionado y desmotivado debido a las críticas o al fracaso en el campo. Boone, con su enfoque de liderazgo, dejó claro que el equipo tiene expectativas altas para el futuro de Williams y que no perderán la fe en él por un bache temporal.

El mensaje de Boone también tuvo un toque de sabiduría, señalando que en las grandes ligas todos los jugadores atraviesan dificultades. “Si se hacen una carrera en esto lo suficiente, se enfrentarán a momentos difíciles, a adversidades en el camino”, explicó. La resiliencia es clave para cualquier atleta que quiera mantenerse en la cima, y para Williams, este podría ser el punto de inflexión en su carrera. La buena noticia es que, según el mánager, Williams tiene todas las herramientas necesarias para superar este mal momento y regresar a su nivel más alto. Si logra adaptarse, podría ser una pieza fundamental para los Yankees en el futuro cercano, con el apoyo de sus compañeros y entrenadores para ayudarle a salir adelante.

El mánager Aaron Boone ha decidido que Luke Weaver será el nuevo cerrador de los Yankees, tomando la mayoría de las oportunidades para terminar los juegos con ventaja en situaciones apretadas. Esta decisión llega después de una serie de dificultades con Devin Williams, quien no logró cumplir con las expectativas en su rol como cerrador. Boone, reconociendo la importancia de restaurar la confianza en sus jugadores, explicó que lo mejor para Williams era salir de esa presión de ser el cerrador principal y comenzar a trabajar en recuperar su ritmo y confianza. Con esta reubicación, el mánager espera que Williams pueda encontrar su estabilidad en situaciones de menor estrés y evitar que el jugador se sienta agobiado por los errores recientes.

Luke Weaver, quien asumió el rol de cerrador en septiembre del año anterior, será ahora el encargado de afrontar los momentos más cruciales en los juegos apretados de los Yankees. En el pasado, Weaver mostró que puede ser confiable bajo presión, lo que le ha valido la oportunidad de ocupar esta posición. Mientras tanto, Williams se concentrará en apariciones en situaciones menos decisivas, buscando recuperar su nivel sin la presión de tener que cerrar un partido. Esta redistribución de responsabilidades en el bullpen es una medida estratégica para permitir que ambos lanzadores puedan seguir contribuyendo al equipo, pero en roles más adecuados a sus actuales circunstancias.

En cuanto al desempeño de Williams desde que fue adquirido por los Yankees en diciembre, las estadísticas han sido preocupantes. El lanzador, que llegó a Nueva York en un intercambio con Milwaukee que involucró al lanzador zurdo Néstor Cortés y al prospecto Caleb Durbin, ha tenido una temporada complicada. Su efectividad se sitúa en un alarmante 11.25, con un récord de 0-2 y apenas cuatro salvamentos en cinco oportunidades. Este bajo rendimiento fue particularmente notorio en su primera aparición con los Yankees, cuando permitió que los Brewers llenaran las bases sin outs y luego tuvo que salir de esa situación para asegurar una victoria ajustada por 4-2. Aunque consiguió la victoria en ese juego, el hecho de que fuera abucheado por los fanáticos refleja la frustración que genera el rendimiento inconsistente del relevista.

Boone no tardó en tomar acción y le comunicó la decisión a Williams el sábado, justo cuando el equipo estaba suspendido por lluvia. Aunque el mánager expresó comprensión por la situación de su jugador, también dejó claro que era necesario hacer este ajuste para el bien del equipo. La estrategia de Boone parece estar orientada a darle a Williams el espacio necesario para trabajar en su juego sin la presión añadida de ser el cerrador principal. Este cambio podría ser la clave para que Williams recupere su nivel, ya que una vez que se recupere la confianza, podría volver a ser una pieza valiosa para el bullpen de los Yankees en el futuro.

Max Fried brilló nuevamente en el montículo, llevando a los New York Yankees a una victoria contundente por 11-2 sobre los Toronto Blue Jays en el primer juego de la doble cartelera del domingo. Con esta victoria, Fried extendió su racha ganadora a cinco aperturas consecutivas, mejorando su récord a 5-0. A pesar de permitir un roletazo productor en la primera entrada, Fried se mantuvo firme durante seis innings, en los que toleró seis hits. Lo más destacado de su actuación fue la solidez que mostró tras una serie de derrotas recientes de los Yankees, permitiendo solo una carrera en sus últimos 20 2/3 entradas, lo que consolidó su dominio en el montículo y la recuperación de Nueva York en la temporada.

El gran golpe en el juego llegó en la tercera entrada, cuando los Yankees explotaron contra el abridor de los Blue Jays, Kevin Gausman. Tras un par de sencillos y un error en los lanzamientos, el equipo de Nueva York anotó seis carreras en ese inning, con el doble de tres carreras de Austin Wells siendo la jugada más destacada. Gausman, que había comenzado el partido con buena efectividad, perdió el control y no pudo evitar la avalancha ofensiva de los Yankees. La tercera entrada fue crucial, ya que marcó la diferencia en el marcador y dejó claro que los Yankees estaban completamente dominando el juego.

A lo largo del encuentro, la ofensiva de los Yankees mostró su poder, destacándose Anthony Volpe, quien conectó un jonrón ante Paxton Schultz, elevando aún más el tono de la victoria. Volpe sigue demostrando su capacidad para brillar en situaciones clave, y su cuadrangular fue un claro reflejo de su creciente confianza. Además, Oswaldo Cabrera tuvo un papel crucial al impulsar dos carreras con uno de los seis dobles conectados por el equipo durante el juego. Estos extra bases no solo contribuyeron al marcador, sino que evidenciaron el enfoque agresivo y efectivo de los Yankees al ataque, especialmente en un día en el que cada oportunidad se aprovechó al máximo.

Con esta victoria, los Yankees continúan demostrando su poder ofensivo y la solidez de su pitcheo, con Fried como líder en la rotación. La victoria por 11-2 no solo fue un golpe de autoridad sobre los Blue Jays, sino también una muestra del potencial que tiene Nueva York para recuperar terreno en la división. El equipo está comenzando a encontrar un ritmo positivo, con jugadores clave como Volpe, Cabrera y Wells contribuyendo al éxito. Si el pitcheo sigue siendo confiable y la ofensiva continúa explotando en momentos oportunos, los Yankees tienen el potencial de ser contendientes serios en la temporada.

Fuente: https://us.marca.com

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