La temporada de los Dodgers de Los Ángeles ha comenzado con grandes expectativas, pero rápidamente se ha visto empañada por una serie de complicaciones médicas, especialmente entre sus lanzadores abridores. Uno de los casos más preocupantes ha sido el de Tyler Glasnow, quien tuvo que abandonar prematuramente su apertura más reciente frente a los Piratas de Pittsburgh. El derecho apenas logró completar una entrada antes de retirarse en la segunda, tras permitir dos jonrones solitarios en el primer episodio. Aunque el equipo logró reponerse y aplastar a los Piratas con un marcador contundente de 9-2, la incertidumbre alrededor del estado físico de Glasnow representa un nuevo motivo de alarma para la rotación angelina.
Este incidente se suma a una racha de problemas físicos que ha afectado a Glasnow desde el inicio de la campaña. La semana anterior, ya había tenido que dejar el montículo contra los Rangers de Texas debido a calambres en la parte baja de su pierna, lo que encendió las alertas en el cuerpo técnico. Si bien no se trataba de una lesión de gravedad, estos episodios reflejan una preocupante fragilidad física que podría limitar su consistencia a lo largo del calendario. La directiva y el cuerpo médico del equipo se enfrentan al reto de gestionar con cautela su carga de trabajo, en un intento por preservar su salud sin comprometer el rendimiento del equipo.
Por otro lado, el caso de Blake Snell también genera inquietud. El zurdo, quien llegó como una pieza clave para reforzar la rotación, permanece en la lista de lesionados debido a molestias en el hombro que han complicado su recuperación. Aunque estaba en plena rehabilitación y siguiendo un programa estructurado, una nueva inflamación encendió las alarmas y retrasó su regreso. Afortunadamente, las pruebas por imagen no revelaron un daño mayor ni estructural, pero la situación exige una pausa y una evaluación cuidadosa, lo que implica que su regreso al montículo tomará más tiempo del previsto.
En este contexto, los Dodgers se enfrentan a una situación desafiante, ya que dos de sus lanzadores estelares están lidiando con problemas físicos en momentos clave de la temporada. Aunque el equipo ha mostrado capacidad de reacción en el terreno de juego, como se evidenció en la victoria ante Pittsburgh, las ausencias en la rotación podrían tener un impacto acumulativo a medida que avance la temporada. La profundidad del cuerpo de lanzadores será puesta a prueba y será crucial para los Dodgers encontrar soluciones a corto plazo, mientras gestionan con cautela la salud de Snell y Glasnow para asegurar su disponibilidad en la etapa decisiva del año.
Además de los problemas físicos que afectan a los abridores Tyler Glasnow y Blake Snell, los Dodgers de Los Ángeles también han recibido otro golpe en su cuerpo de lanzadores con la inclusión del cerrador Blake Treinen en la lista de lesionados. Esta seguidilla de bajas importantes ha obligado a la gerencia del equipo a considerar alternativas de peso para reforzar su pitcheo, de cara a la segunda mitad de la temporada.
En este contexto, el reconocido analista de MLB, Greg Amsinger, ha revelado que los Dodgers podrían estar planeando una jugada de alto impacto: adquirir al ganador del Cy Young, Sandy Alcántara, actualmente con los Marlins de Miami.
Según Amsinger, las conversaciones entre los Dodgers y los Marlins ya estarían en marcha, con el objetivo de concretar un intercambio que lleve a Alcántara a Los Ángeles. El derecho dominicano no ha tenido el protagonismo que muchos esperaban en esta campaña, lo que podría facilitar una negociación.
Para los Dodgers, sumar a un lanzador con su talento y experiencia sería un movimiento estratégico que podría revitalizar la rotación en un momento crucial. El contrato de Alcántara, valorado en 56 millones de dólares, también representa una inversión manejable para una franquicia con la capacidad financiera de los Dodgers.
Sin embargo, la operación no será sencilla, ya que no son los únicos interesados en hacerse con los servicios del as caribeño. El también experto de la MLB, Bob Nightengale, indicó que los Yankees de Nueva York están fuertemente interesados en adquirir a Alcántara, con la intención de formar una potente dupla junto a Max Fried.
El interés de los Yankees pone una presión adicional sobre los Dodgers, ya que ambos equipos tienen objetivos similares: reforzar su rotación para pelear por el título en octubre. Además, la competencia entre dos de las franquicias más poderosas de las Grandes Ligas podría disparar el precio del canje.
Nightengale advirtió que, si bien es probable que los Marlins decidan traspasar a Alcántara, no lo harán antes de la fecha límite de cambios, en julio. A su juicio, el precio será muy alto, quizás incluso superior al que los Padres de San Diego pagaron por Juan Soto. En ese sentido, el equipo que quiera hacerse con el derecho dominicano tendrá que ceder mucho, tanto en talento joven como en valor económico.
Para los Dodgers, esta posible adquisición representa una gran oportunidad, pero también un gran riesgo, que podría poner a prueba la profundidad de su sistema de ligas menores y su disposición a invertir en una temporada marcada por las lesiones.
Fuente: https://us.marca.com
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